Porqué tener un rival,
porqué tener esos ojos,
los que te miran tan mal.
Ya no se puede salir de la historia
y menos volver atrás.
unos se creen tan fuertes,
pero no siempre ganan.
Pudiste apagar la luz
y no apagaste sus almas,
quisiste tapar el sol,
pero no tapaste nada,
solo escondiste las caras
que no te dejan descansar
Y estamos mas juntos y cerca que nunca
pudiste imaginar
que esa mentira que vos derramabas
un día te iba a ahogar
Pudiste apagar la luz
y no apagaste sus almas,
quisiste tapar el sol,
pero no tapaste nada,
solo escondiste las caras
Que no te dejan descansar,
que no te dejan respirar,
que no te dejan de mirar,
que no te dejan descansar...
Note
martes, 23 de marzo de 2010
Esos ojos
lunes, 22 de marzo de 2010
sábado, 20 de marzo de 2010
Toda desnuda me ofrezco a tu instinto,
muerde mis pechos, estruja mi cuerpo,
quiero brindarte esta fiesta de carne
para que olvides tus días acerbos.
Sé que padeces, tu vida es amarga
vida de todos los tristes obreros,
sin una luz de esperanza en su noche,
sin la caricia cordial de un consuelo.
¡Cómo conforta sentirse piadosa,
dulce es la simple bondad de mi gesto;
tú que así sufres, mereces la efímera
fiesta que quiere brindarte mi cuerpo!
César Tiempo es el seudónimo de Israel Zeitlin
(Dniepropetrovsk, Ucrania 1906, Buenos Aires 1980). Ha sido un notable narrador, poeta y periodista.
A pesar de su origen se sentía totalmente argentino. Colaborador de las publicaciones del grupo literario “Boedo”, desde muy joven su poesía era de gran originalidad. Libro para la pausa del sábado (1938); en el momento de mayor plenitud del grupo “Boedo” publica “Versos de una...” bajo el seudónimo de Clara Beter. De su actuación como periodista nace Capturas recomendadas, reportajes a más de 50 personajes, entre ellos Giovanni Pappini y Albert Einstein. César Tiempo se define amante del periodismo, del cual expresa “El periodista es una especie de testigo poco menos que irremplazable de una realidad que en otro orden no se encuentra”.
La presidenta sexy
En el momento de jurar como Presidenta de los argentinos, Cristina anticipó que, seguramente, a ella le iba a resultar más trabajosa su función por el hecho de ser mujer. No pudo avizorar, entonces, hasta qué punto la presidencia iba a convertirse en una misión imposible. No sólo por su condición de mujer, No por victimizarse detrás de una identidad devaluada, sino por ser mujer a su manera.
De modo tal que no son los enemigos los que cuentan. Después de todo ¿qué polít ico no tiene enemigos, adversarios, contrincantes? Pero esa ira irracional que le hace perder la compostura a la gente “bien”, ese exceso de indignación, ese “no me la banco”, “no la soporto”, “la detesto”, viene de otra parte. Ese plus de odio habita en aquellos que se sienten agraviados, testigos involuntarios de valores mancillados.
Fuente: Página12
